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792 • AMANSAR LAS FIERAS

 

Martes, 13 de abril de 2004

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¿Es cierto que la música amansa las fieras?
Al realizar esta pregunta nos estamos refiriendo a la fábula de aquel músico que, rodeado de leones hambrientos, se puso a tocar el violín, quedándose las fieras absortas escuchándole. La respuesta a la fuerza tiene que ser negativa: la música no amansa a las fieras.

Pero son numerosos los ejemplos del mundo animal en los cuales la música ejerce una influencia más que notable. Ciertas experiencias realizadas con vacas y cerdos fueron determinantes: con Beethoven y Mozart producían más leche y engordaban con más rapidez. Pero ahondando en estas investigaciones se concluyó que lo que verdaderamente afectaba a los animales era el ritmo y no la melodía.

Sin embargo, hay algunas especies que sí poseen auténtico oído musical; nos estamos refiriendo a los lobos y a las ballenas. Los aullidos de los lobos se estructuran en perfectos acordes, cambiando las voces de los cantores de manera continua. Se ha demostrado que estos animales escuchan con placer la interpretación de tales piezas. Conocidos son, por otra parte, los cánticos nupciales de las ballenas, sobre los cuales las investigaciones realizadas han sacado la conclusión de que se trata de melodías que cada cantor varía, interpretándolas a su manera. Los cantos que entonan un año son variaciones de piezas compuestas el año anterior, que a su vez están inspiradas en las melodías de los años precedentes.

Al final sucede como en el negocio discográfico: los éxitos del momento están basados en temas que fueron famosos en temporadas anteriores.

DP
Colaboración C. Gallardo