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723 • ETICA AL PODER 1

   

Viernes, 23 de enero de 2004

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  - ¿Qué es un filósofo? ¿Una especie de cura laico?
- No, por Dios, no nos hunda más la profesión de lo que ya la tenemos. La filosofía es el amor a la sabiduría y se supone que el filósofo es el que busca la verdad y el bien de una manera desprevenida, sin guardarse nada en la recámara.

- ¿Un filósofo no es casi una arqueología analógica en el siglo XXI?
- Desgraciadamente, el filósofo ha perdido muchas bazas en este siglo porque no tiene demasiado tiempo para la reflexión. Ése es el gran problema de la filosofía. Antes el filósofo tenía mucho tiempo y poca información, y ahora la información nos desborda y tenemos poco tiempo. Entiendo que hoy el filósofo es alguien que tiene que trabajar con sociólogos, literatos... para tratar de hacer la articulación de nuevos modelos filosóficos.

- Usted insiste a menudo en que la filosofía moral es más necesaria que nunca.
- En estos momentos, desde diversos sectores empresariales y profesionales, nos estamos dando cuenta de que son importantes una serie de elementos morales que a veces se habían despreciado. Por ejemplo, las empresas cada vez se dan más cuenta de que sin una confianza entre los contratantes y los pactantes, sin una calidad del producto, sin unas buenas relaciones entre las distintas empresas..., no funciona ni siquiera el negocio. Las gentes se dan cuenta de que una cierta ética vende, desde el punto de vista político, desde el punto de vista empresarial y desde el punto de vista profesional.

- ¿Para qué sirve la ética?
- Primero, para ser personas, que no es mal proyecto. Para eso hay que tener ideales de justicia y de vida buena. La ética sirve para ser justos y felices.

- ¿Por qué es usted una activista de la ética?
- Porque los seres humanos me interesan mucho y me parece que el mundo no está hecho a su altura.

- ¿A mayor poder, menos ética?
- Desgraciadamente es así. Creo, como los viejos anarquistas, que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Uno de los grandes desafíos del siglo XXI es conseguir que la gente que tenga poder tenga también ética. Que la ética llegue al poder será parte de la salvación de la humanidad.

- Estamos en una época en que el poder tiende a concentrarse.
- Se está concentrando mucho poder desde el punto de vista político, pero todavía más desde el punto de vista empresarial.

- ¿Dónde se cumple menos con la ética, en la política o en los negocios?
- En este momento me resultaría difícil decirlo. Desgraciadamente, en el terreno de la política, la obsesión por llamar la atención para recabar votos hace que los políticos hagan cosas llamativas sin pensarlas, y eso está reñido con la ética.

- ¿Si la ética abandona la política está en peligro la democracia?
- Totalmente. En este momento la democracia está muy en peligro porque a los políticos se les piden pocas responsabilidades. Los políticos deberían de dar cuenta y ser responsables de las cosas que hacen, y los ciudadanos deberían ser más participativos.

- ¿La desconfianza hacia el político se está consolidando como el principio de la democracia?
- Desgraciadamente, porque entiendo que el principio de la democracia debería ser el protagonismo de los ciudadanos. Los ciudadanos tienen que darse cuenta de que la democracia es el gobierno del pueblo y que los políticos tienen que ser unos coordinadores de las sugerencias, los proyectos y las ilusiones de la sociedad.

ADELA CORTINA ORTS
Dra. en Filosofía entrevistada por Miguel Alberola
Colaboración ATTAC