Click para ir al número anterior

ANTERIOR

EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

SIGUIENTE

Click para ir al número siguiente

633 • CIENCIA Y SEUDOCIENCIA

 

Jueves, 9 de octubre de 2003

Al índice

Click para ir al índice

Hoy en día la seudociencia ha encontrado un fértil campo de cultivo en la sociedad, una sociedad más preocupada por ver las últimas novedades de un grupo de jóvenes exhibicionistas por televisión, que por lo que están haciendo sus dirigentes políticos con el país.

El sistema educativo comete el colosal error de no inculcar el pensamiento crítico. Si la gente empezara a cuestionar sus dirigentes, estos estarían en problemas.
A falta de una efectiva divulgación de la ciencia, la seudociencia ha podido emerger raíces en nuestra sociedad, así pues, podemos ser escépticos al respecto de los comerciales televisivos, sin embargo no lo somos para todo, nos tragamos todo lo que nos cuentan los dirigentes políticos y religiosos sin cuestionar en lo más mínimo, pues no se nos ha enseñado a hacerlo.

Esto es muy peligroso en un mundo plagado con armas de destrucción masiva. Los sucesos del 11 de Septiembre muestran lo que unas cuantas personas con un lavado de cerebro son capaces de hacer.
La primera expresión sobre los perpretadores de este ataque seria la de: cobardes dementes. Pero Demente puede ser una palabra adecuada para el vandalismo que se comete en una cabina telefónica o en los estadios, y estos tipos no eran en lo absoluto cobardes, por lo contrario su arrojo y valor aunado a su firme fe en extravagantes creencias religiosas y en un “paraíso con 72 vírgenes privadas” es lo que los llevó a realizar el inenarrable horror de esos sucesos, comprender de donde venía ese valor nos recompensaría.

Ese valor vino de la religión y de una mente en la que el pensamiento crítico no estaba incluido. ¿De qué les sirvió toda la educación que recibieron en universidades europeas?
La religión es la fuerza que motivó a estos hombres a actuar y también es la causa de los sucesos en Medio Oriente, Armenia y en la ex Yugoslavia.
El profesor de Oxford Richard Dawkins lo ha dicho con soberbia claridad:
- Inundar un mundo con religión, o religiones del tipo Abrahámico, es como distribuir pistolas cargadas en las calles. No se sorprenda si son usadas.

- Creo que parte de lo que impulsa a la ciencia es la sed de maravilla - dijo Carl Sagan, y agregó - Es una emoción muy poderosa. Todos los niños la sienten. En una clase de parvulario, todos la sienten; en una clase de bachillerato casi nadie la siente, o siquiera la reconoce. Algo pasa entre el parvulario y el bachillerato, y no es sólo la pubertad. No sólo los colegios y los medios no enseñan mucho escepticismo, tampoco se fomenta mucho este emocionante sentido de lo maravilloso. Ambas ciencia y seudociencia despiertan ese sentimiento. Una pobre popularización de la ciencia establece un nicho ecológico para la seudociencia. Sostengo que hay mucha más maravilla en la ciencia que en la seudociencia. Y además, en la medida que esto tenga algún significado, la ciencia tiene como virtud adicional (para nada despreciable) su veracidad.

LUIS A SANCHEZ MORENO