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EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

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1217 • RUTINA DE HUMOR 35

 

Lunes, 14 de noviembre de 2005

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El barco busca tripulación. La selección se hace en la misma nave. Mucha gente. Muchísima. Un aspirante a un puesto de marinero de solo 1.45 de altura se presenta. Lo hacen llenar un formulario y pasar a una cámara diciéndole que espere un momento. Pasan uno o dos minutos, se abre la puerta y entra un negro enorme que apenas pasa por la puerta de la cámara. Luego de un corto silencio, que a nuestro pequeño hombre le pareció una eternidad, se escucha el vozarrón del negro que dice:
- 2,15 metros de altura, 155 kilos de peso, pene de 33 cm, testículos de 200 gramos cada uno, cubano, Dante Huerta.

Dicho todo esto le extiende la mano en actitud de saludo. El hombrecito, instantáneamente, se desploma y se desmaya. Asombrado el negro, lo toma entre sus brazos y le da algunas leves cachetadas para reanimarlo. Una vez que el hombrecito vuelve en sí, le pregunta:
- ¿Que le paso amigo...?
El hombrecito, sin dejar de mirar al negro, con el espanto pintado en su rostro, le pregunta en un hilo de voz al negro:
- ¿Me... puede... repetir... lo... que... dijo...?
- Por supuesto, amigo... 2,15 metros de altura, 155 kilos de peso, pene de 33 cm, testículos de 200 gramos cada uno, cubano, Dante Huerta, me he presentado.
- ¡Uuufff... que alivio!... había entendido "Date Vuelta..."


El hombre despierta en casa con una resaca monumental. Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se sienta y ve frente a él, su ropa limpia y planchada. Mira a su alrededor y ve que todo está en perfecto orden y limpio. El resto de la casa está igual. Toma las aspirinas y ve una nota sobre la mesa: "Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer las compras. Te quiero."

Así que va a la cocina, y ahí estaba el desayuno y el periódico del día esperándole. Su hijo también está desayunando, lo ve y le pregunta:
- ¿Hijo, que pasó ayer por la noche?
- ¿Anoche? - responde el hijo-  bueno, pues volviste después de las 3 de la madrugada, borracho. Rompiste algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando te diste contra la puerta.
- ¿Y como es que todo está tan limpio y ordenado, y el desayuno esperándome en la mesa?
- ¡Ah, eso!... Mamá te arrastró hacia el dormitorio y cuando intentó sacarte los pantalones, le gritaste: "¡Quieta perra, soy casado!

Valoraciones:

- Una resaca autoinducida: $ 500,-
- Mobiliario roto: $ 1.400,-
- Desayuno: $ 50,-
- Decir la frase adecuada: No tiene precio.


La vida había castigado material y espiritualmente, y cuando a este le parecía que no le podía ir peor, se acercó a la ventanilla de un lujoso automóvil detenido en un semáforo y ocupado por un elegante y próspero caballero y se entabla el siguiente diálogo.
- Señor, ¿podría prestarme diez pesos para comer?
- Pero, ¿no te los irás a beber, verdad?
- No señor, nunca en mi vida he bebido alcohol.
- Entonces, ¿te lo vas a gastar en tabaco?
- No señor, no fumo, ni nunca lo he hecho.
- ¿Te los vas a gastar a lo mejor jugando y apostando con los otros vagos?
- De ninguna manera. Nunca juego ni apuesto nada.
- ¿Acaso te los vas a gastar bailando en algún cabaret?
- Imposible, señor, jamás en mi vida he pisado un cabaret. Es más, no sé bailar...
- ¿Se los piensas dar a una puta, acaso?
- Jamás he tenido relaciones con ninguna mujer que no fuera mi novia, convertida luego en mi esposa hasta que me abandonó.
- Entonces toma los diez pesos. Pero vente a comer a mi casa. Quiero invitarte a una buena comida casera y así podrás ahorrarte los diez pesos.

El pordiosero, sorprendido, sube al impresionante coche y, ya en camino, pregunta:

- Oiga, señor, ¿no se enojará su esposa al ver llegar a alguien como yo, y que se siente a la mesa a comer?
- Probablemente sí
- contesta el rico - pero valdrá la pena. Tengo interés en que vea en que se convierte un hombre que no bebe, no fuma, no juega, no baila y ni sale con putas.

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